La tomadura de pelo de los Incentivos 2018

Comunicado 211 ( 15 - 19 )

Incentivos 2018:

tomadura de pelo

El CMI, mayúscula memez bajo apariencia de manual para la consecución de objetivos: 

-  Seguros, ¿queda algún cliente sin cuatro de vida, dos decesos, tres de accidentes y dos de hogar al cual coloc …. esto, venderle alguno más?. Si queda alguno y se alcanza no-se-sabe-que ranking, el director se podría ir de viaje a Estambul. El resto, quedan invitados a un pincho de tortilla de patatas en el bar de al lado de la oficina, eso sí, pagándoselo de su bolsillo, mahonesa incluida. Que dos oficinas empatan en seguros, partido en campo neutral, porque solo puede quedar uno.

-        Activo irregular, no se mira en el CMI, hay que buscarlo en el listado del Activo Irregular. ¿Para que ponerlo fácil?.

-          Consumo, el objetivo sigue en aumento meteórico y las trabas también. Si hay que morir por el camino para conseguir que abonen algo (salvo que sea final de año que abonan todas las operaciones) que empiecen muriéndose ellos. No olvidar cada mañana la calculadora para poder sacar los saldos medios para ver si se consigue 1 punto o ninguno. Y como consumo funciona taaaaan bien, no tiene demoras, no se hace venir varias veces al cliente a firmar doscientas páginas, añaden un indicador de satisfacción del cliente para castigar a las oficinas por la maravillosa gestión de consumo-güak.

-          Sistemática, los lunes, vestidos de verde, cerrar las citas, incluso telefónicas o por tam-tam. Martes, corbata y bambos, reportar banderines y actuar solo los nif acabados en D. Resto de días, ya si eso, lo van pensando. Dan puntos si se cotillea la agenda, doble bonus si se leen el Marca y el As seguidos. Las cuentas gofre son mágicas porque es aperturarlas y el cliente desaparece sin más. Menos mal que para mejor gestión añaden una tabla incomprensible hecha para quinceañeros por que los números son tan pequeños que no se ven ni con lupa. Pérdida de tiempo en un trabajo que no produce nada y que está bloqueando a las oficinas.

-          ¿Parrilla de productos?. Achicharrados. “¡¡ Solo 31 productos ¡¡”. Cada uno con una puntuación distinta. Productos estrella, los días pares los gestores de particulares y empresas no puntúan si no cuadran el cajero a las 14:06. Los impares, los productos le cuentan al interventor y a las compañeras. Los días 13 y 15 al cajero siempre y cuando su apellido tenga tres letras. Al director, solo si su traje es gris.

-          Puntuación, hay que calcular el logaritmo neperiano de alfa, dividirlo entre 4 y añadir jamón de pavo. Para las bonificaciones, peligro si se es daltónico, si el semáforo no se pone azul no vamos a ninguna parte. Penalizar penaliza casi todo, incluso ser miope, cecear o ser del Liverpool.

-          Eso sí, si tras una pechada a trabajar se consigue alguno de los grandes premios, se puede coger una excedencia para disfrutar de los suculentos incentivos, entre 500 y 200 euros, 2 y 3 euros por día. Se nos saltan las lágrimas de una dirección tan generosa.

-          La parte buena es que este batiburrillo de cabriolas y saltimbanquis solo valen para cuatro meses. El primero de mayo, la vida seguirá igual o lo cambiarán todo, dependerá de si se cumplen o no los objetivos.

  

¡¡Que felicidad trabajar en Cajamar¡¡¡

  

¿Ridículo, NO?. Pues esta es nuestra dirección. Se cachondean de la Plantilla con unos objetivos diseñados para no pagar a nadie o casi nadie. El cmi les da cualesquiera excusas para negarnos unos míseros cientos de euros adicionales. ¿Qué no lo harán? A las pruebas nos remitimos. Terminado 2018 ha llegado el momento de hacer balance del ejercicio para verificar el cumplimiento de los objetivos y la asignación de incentivos que ello pudiera suponer. Tras las bonificaciones, penalizaciones, cálculos, recálculos, varita mágica y cocina conocer cuantas oficinas han cumplido objetivos. Si ya esto es misión imposible, el reparto de incentivos es el hazmerreír general (por no sacar el lanzallamas de paseo). Unos cobran, otros nos. Unos un porcentaje, otros una cantidad a tanto alzado. El director, sí, el cajero no si es rubio. La interventora tal vez, los gestores si llevan zapatos negros. Esa directora depende del número de gafas que use, aquel segundo seguro que no, ese administrativo solo si hace punto de cruz. Aquellos contratados temporales no, no y no. Una vez más la dirección de la entidad ha puesto de acuerdo a todos en el convencimiento de que los incentivos son una vergüenza.

El descontento es general pero una vez más les da igual. No buscan motivar, incentivar o reconocer el sobreesfuerzo. Sacan la zanahoria a medio masticar, la pasean, la pintan de verde para decir que es una lechuga. Después mandan a sus sicarios para que aprieten cada día de la forma que crean más conveniente aunque en algunos casos (o muchos) sea de forma inmoral. Mientras tanto, la dirección rectora vive feliz, sabedora que cuando se vean cortos de parné se autoconceden 5 millones de euros en prestaciones post-empleo. Les da igual cabrear a miles de compañeros por las injusticias que cometen. A lo peor, para intentar acallar algunas voces, volverán a repetir los incentivos digitales de 2018. 5.000 euros a quien ellos quieran. Esto no puede seguir así. Deben existir unos criterios claros, entendibles, racionales, inteligibles, motivadores, con vocación de continuidad, no un manual que se cambia cada cuatro meses, incomprensible por lo rebuscado cuyo objetivo es poner las trabas posibles para pagar lo mínimo o menos. ¿Qué esperar de una dirección rectora que marrullea con la bolsa de vacaciones, que nos priva sistemáticamente de una paga de beneficios bien ganada, que rechaza subidas salariales a cuenta condenándonos a nueva pérdida del poder adquisitivo, que utiliza la formación para lo que le apetece, que nos paga unos sueldos de miseria?. Nada.  

Exigimos a la Dirección de la Entidad una revisión global de los incentivos 2018 así como del sistema en general. Es inaceptable esta deriva laboral, que pagan los trabajadores y sus familias. Reclamamos que se vuelva a valorar la consecución de los objetivos oficina a oficina y no se comentan discrecionalidades que reconozcan a unos si y a otros no. Todos hemos hecho posible la buena marcha de la Entidad, todos debemos ser beneficiarios de los resultados. Lo contrario es un claro mensaje para 2019 de que da igual como, cuando y que se haga porque el próximo enero volveremos a asistir a otra ración de desprecio y humillación hacia la Plantilla. Y ante este mensaje, la respuesta es clara. Si da igual cuanto nos esforcemos, si vamos a cobrar lo mismo con más o menos esfuerzo, pues que sea con menos esfuerzo, que al menos disfrutemos más de la vida.

Este reparto discrecional de incentivos-2018 debería ser la gota que colme el vaso de la paciencia de los trabajadores. Mientras desde la otra sección sindical se dedican, en su legítimo derecho, a pasearse ahora que las elecciones sindicales están cercanas y a contemporizar con la dirección rectora aceptando mudos cada nuevo recorte y la falta de respeto a la Plantilla, UGT está dispuesto a todo tipo de acciones, pero solo tendrán efecto si nos unimos todos (Plantilla y todos los representantes de los trabajadores) para plantarle cara a una dirección rectora que no solo no respeta a la Plantilla si no que una vez tras otra nos quita lo que es nuestro. El primer paso es que todos y cada uno transmitamos a la dirección nuestro rechazo ante esta nueva tomadura de pelo de incentivos. UGT dice basta. ¿¿¿Hasta dónde llegar para defender nuestros derechos??? Si no se mueven, movámonos juntos para exigirlo donde proceda desde HOY. Si los de abajo se mueven, los de arriba caen.

Recuerda ….

Es el momento, son tus derechos

Participa. Afíliate.