¡ Cras Cras ¡ : Tu Decides




Comunicado 43 ( 15 - 19 )



¡Dispérsense¡  ¡Dispérsense¡. Un año más, fin al simulacro de compañerismo, confianza y colaboración entre los distintos estratos de Cajamar. Atrás quedan los convites destinados al culto a los Emperadores, “teledirigidos” por su guardia pretoriana, pretendiendo hacer cómplices a los legionarios de la presunta “comunión” entre la cúspide dirigente y la clase trabajadora de base.



No nos confiemos. Se mueven en dichos saraos fingiendo ser uno más, ser compañeros, colegas, cofrades o camaradas,  pero no pueden ocultar que tras el poder omnímodo que detentan se enmascara un carácter quasi-despótico los 12 meses del año, durante los cuales campan a sus anchas, sin oficio conocido pero con beneficio sospechoso cifrado en números de pagarés, cantidades millonarias, protocolos notariales, operaciones de financiación, daciones en pago, fechas de constitución de sociedades y demás datos escandalosos que si bien puede ser que no hayan sido acreditados no es menos cierto que no han sido denunciados ante la Justicia, pareciendo tener marchamo de verosimilitud.



Como  “Dominus et Deus” (Dios y Señor) que se creen, alzan la voz, dan su discurso eliminando cualquier derecho a réplica a su visión monolítica como si la Entidad fuera su propio cortijo, pretendiendo censurar cualesquiera voces discordantes con el presunto credo oficial.






Los auténticos dolientes de este estilo de Dirección ausente son los trabajadores, básicamente de la red de oficinas, señalados por el dedo implacable del ERE mientras los Emperadores que nos dirigen están más preocupados en llenar sus maleteros de productos de las tierras que visitan que en cumplir con sus obligaciones directivas, que las tienen, y no solo comprenden la reducción salarial, la desaparición de la paga de beneficios, la congelación de promociones, el cierre de oficinas, el segundo ERE en tres años, etc., etc. Diezman a los remeros de las galeras, así, ¿hacia qué puerto puede navegar una nave cada vez más a la deriva?.



Decía hace quinientos años el papa Alejandro VI, “Dios nos concede  el Papado; disfrutemos de él”. Nuestra cúpula directiva se aplica la cita al pié de la letra. Sin el más mínimo ejercicio de democracia interna se autoperpetúan en sus tronos. Todos sabemos cómo se preparan las juntas de socios que dan lugar a la Asamblea que renueva los cojines de sus poltronas, única fecha del año en la que están atentos a la red de oficinas para evitar sorpresas que los releguen de sus butacones.  El resto del tiempo se limitan a disfrutar de la parte ventajosa de sus cargos tales como las relaciones sociales, los viajes, las comilonas, los eventos publicitarios, las conferencias, las fotos con políticos y tantas otras cosas que poco o nada aportan al Negocio.






A la par, no aceptan errores ni asumen responsabilidades.  No escuchan a nadie más que a sus pretorianos, solícitos a halagar sus oídos. Por el contrario, en las oficinas, los traslados y ceses están a la orden del día ¿cuándo hemos visto a algún Emperador o a alguno de sus pretorianos dimitir, renunciar o cesar de su puesto?. Nunca. Son los mismos de siempre, cambian las sillas, pero no renuncian a sus privilegios.



Y esto no es lo peor, ya grave de por sí, si no que se encontraron una Entidad sólida, viable y con un espléndido futuro. Un perfecto y brillante palacio de mármol que con su dejación de funciones la han convertido en una barriada de adobe que se sostiene meramente por los esfuerzos titánicos de los trabajadores, huérfanos de dirigentes capaces.






Hacen un desierto y lo llaman paz”. Tras un año 2015 caótico en Cajamar, en el que la tónica han sido los palos de ciego (palos mayormente soportados por los trabajadores de las oficinas), que concluyó con la marcha más o menos forzada de 200 compañeros en aplicación del segundo ERE, la actual Dirección afirma de forma jactanciosa que la situación ha sido estabilizada cuando la realidad es que la morosidad sigue siendo una espada de Damocles que amenaza de forma muy seria el futuro de la Entidad. Poco o nada se ha hecho para darle solución porque si se creen que con el atosigamiento de llamadas y correos a las oficinas junto con ese bodrio de aplicación de la gestión del activo irregular que es el “girec” se va a solucionar el problema es que además de dejación de funciones no tienen ni idea de lo que se traen entre manos. ¿No sería más barato a corto y medio plazo crear un departamento bien dotado de personal (de ese que decían que sobraba con el ERE) cuyo único trabajo sea llamar a los clientes con impagos para reclamar las deudas, para renegociar las operaciones, para emitir cartas y telegramas, eliminando esa carga a las oficinas que llegado ese punto poco o nada pueden hacer? 



Si a esto sumamos una política de concesión de activo ambivalente (mientras en las reuniones se abren las puertas a cualquier cliente o cualquier operación después nos encontramos con el frontón de los centros de análisis, entendemos que atados de pies y manos por unas directrices de concesión cicateras y farragosas emanadas de la misma Dirección que pide más activo a la red de oficinas), una estrategia para la captación de pasivo inexistente y una cansina redirección del negocio a la venta de los productos de los inversores externos (ahora son seguros y fondos de inversión, el día que le dé por invertir en Cajamar a una empresa juguetera nos veremos “colocando” muñecos) da como resultado un futuro incierto, preñado de nubarrones en un sector en crisis desde hace años al cual las élites dirigentes europeas observan con lupa, demandando más recortes de oficinas y personal así como entidades más grandes y solventes alimentando el fuego de nuevas fusiones.





Ante este maremágnum próximo, nada ha hecho la actual Dirección para preparar la Entidad para el futuro y si lo ha hecho, nada ha informado a la Plantilla. Se les olvida que los acontecimientos son más poderosos que los planes de los hombres. Serán Berlín o Bruselas los que decidan y los que no estén preparados para el nuevo escenario que seguro tienen definido, no sobrevivirán. 6.000 familias dependen de la buena marcha de Cajamar, 6.000 familias que no pueden estar a expensas de una Dirección perdida desde hace demasiado.



Cuando todo se ha dicho y hecho, sus grandes acciones hablan por sí mismas. El Balance y el día a día es la demostración palmaria de su nulidad. Pero ahí siguen. Aferrados como el óxido al hierro, corroyendo la organización por su inacción. 2015 con su cadena de errores y horrores pasó. Era mucho esperar que reconocieran algo y dieran paso a una nueva generación de directivos que enderece el rumbo. 2016 ha echado a andar y el silencio directivo es ensordecedor. Para variar, no tenemos un plan. Con una par de reuniones y tropocientos correos (que no son más que peloteos de otros correos ya recibidos)  creerán haberlo solucionado. Nada más lejano a la realidad.






En nuestras visitas a las sucursales la pregunta más repetida ante el futuro que se nos echa encima es “¿Qué hacéis para solucionarlo?”.  Nos gustaría tener una varita mágica que barriera todo el polvo que ensucia el camino pero la legislación laboral vigente es una rémora casi insuperable que tiende un puente de plata a las direcciones empresariales para que hagan lo que les venga en gana, hasta reventar a sus plantillas o dar el pelotazo informativo por su gestión, más bien por su ausencia de gestión.



Desde nuestra sección sindical denunciamos en solitario a través de nuestros comunicados (y a la cara ante cuantos directivos nos topamos) la situación de desgobierno de la Entidad, la necesidad del cambio urgente de los integrantes de una actual Dirección más preocupada en golpes palaciegos para ver quien se acerca más al bastón de mando y a sus prebendas que en gestionar el negocio. Por parte de otra sección sindical, que lleva callada años y dando palmas a cada decisión de la actual Dirección, se nos acusa de “solo” emitir comunicados. Es posible que solo se vea esa parte o quizás también se vea que durante años hemos estado solos en todos los “fregaos”, en los expedientes de auditoria, en las reclamaciones por cada cacicada, en las denuncias por el alargamiento de jornada, en cada oficina, junto a cada compañero. Nosotros no hemos desaparecido ni un día de las oficinas, ni hemos cogido excedencias, hemos estado siempre en primera línea de fuego. Solos, a vuestro lado.






Podrán resultar repetitivas nuestras denuncias sobre la gestión de la actual Dirección y nuestra exigencia de ceses y dimisiones inmediatas, pero es que ahora, no hay nada más importante. 2016 se presenta como un año duro y exigente y necesitamos al frente un equipo directivo capaz, implicado, profesional, dedicado y sobre todo, trabajador, porque no podemos esperar a mañana. Porque el mañana es hoy y 6.000 familias no pueden estar a expensas de las ocurrencias y carambolas de quienes nos dirigen. Esto es serio. Desde la Comisión Europea no les va a temblar la mano y debemos estar preparados para lo que venga.



Nuestro silencio, es su fuerza. Su gestión, nuestra ruina. Se creen indispensables y no lo son. La Entidad continuaría su andadura sin ellos incluso mejoraría ostensiblemente con nuevos directivos que, simplemente, trabajaran. No son nada sin la Plantilla, los que día a día dan la cara ante el cliente y que son, a la postre, los que llenan la cuenta de resultados de euros para pagarlo todo, incluso su ineptitud.






La palabra huelga o paro resuenan  más de una vez en cada visita pero es una acción que de llevarse  a cabo, debería contar con el apoyo masivo de la Plantilla, si no, perdería su efecto y la capacidad de presión que supone. Protestas, pancartas u otro tipo de medidas de bloqueo de la Entidad están en la mesa, pero, lo principal es que el sindicalismo bien entendido empieza por uno mismo.  Por nuestra parte ya hemos acudido en varias ocasiones a las instituciones que han de velar por el cumplimiento normativo en defensa de los derechos irrenunciables de todos y cada uno de los trabajadores.






Cada vez que tengas enfrente a uno de los Emperadores o a uno de sus lacayos pretorianos o cualesquiera otros sindicalistas de salón recuerda aquello de “Sabemos lo que hicisteis el último verano”. No tienen legitimidad alguna para dirigir la Entidad ni para darnos órdenes ni lecciones ya que no han predicado con el ejemplo. Da un paso, no es necesario que te enfrentes (para eso está UGT) pero sí puedes pagarles con su misma moneda, el silencio, el desprecio o el desaire. Si continúan creyendo aquello que decía Calígula de “que me odien mientras me teman” no podremos darle una vuelta a esta situación perniciosa. Cada uno debe aportar su granito de esta lucha por dar viabilidad a la Entidad. Callando, otorgamos. 



Tú Decides.



¡¡ Dimisión, Ya ¡¡




Mientras….




Si No te Pagan por lo que Trabajas,
Trabaja por lo que Te Pagan





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