Comunicado 192 ( 15 - 19 )
20 de octubre: la oficina 233 Zarcilla de Ramos se
convertirá en ventanilla de 260 Lorca-San Diego.
Oficina
que con dos empleados, en una plaza apartada,
han cumplido ampliamente con los objetivos que se le podrían exigir. Atrás quedarán 28 años desde su apertura
(23/07/1990) con la inflexión del 2010
en el cual un nuevo equipo tuvo que
hacerse cargo de la oficina para intentar solucionar la papeleta. Desde aquella fecha, y a contrarreloj, tuvieron que ir amontonando negocio a la par que
limpiaban su balance, la oficina y la imagen. 8 años duros para los compañeros que han trabajado mucho para
recuperar la confianza de la clientela. También lo fueron para quienes con
anterioridad pusieron su profesionalidad a disposición de la clientela, cuya
imagen quedó en entredicho a causa de
terceras personas y sin el más mínimo
respaldo por parte de la Entidad.
Cuando
la oficina se acercaba a la cifra de 8 millones por empleado, el corre-ve-y-dile les pedía 10. Cuando se
alcanzaron los 10, les exigieron 12. Daba igual.
La decisión estaba tomada desde hacía tiempo. Durante los últimos meses han intentado colocarla como agencia
financiera. Antes el mismo perfil: mayor de 50 años, con décadas de
dedicación a la Entidad, a lo mejor a las puertas de algún tipo de prejubilación, ahora ya se les ofrece a
mayores de 40, 30 años… con la infame intención de sacarla de
balance y de paso exiliar a algún
compañero a la red de agencias que la Entidad está intentando
configurar, con escaso éxito, en nuestra Región. Felizmente nadie ha picado con el regalo envenenado.
Si tan buena opción es quedarse con
este tipo de oficinas como agentes financieros, ¿Por qué nunca se las queda ningún
director de zona o jefe de departamento para ganar más dinero?
Porque saben de sobra que es una milonga.
Con la
conversión en ventanilla de la Zarcilla se va a dar la paradoja que la oficina
que integra tiene menos volumen de negocio por empleado que la oficina
integrada. Los clientes quedarán peor atendidos dado
que donde dos iban ajustados, uno solo va a tener tiempo para despachar, sin
atribuciones y con el sueldo de un administrativo. Esa pamema de gestor comercial les quedará
muy bonita a los directivos, pero
todos somos conscientes que es el sueldo el que manda.
No
decimos adiós a la Zarcilla, pero todos sabemos que la conversión en ventanilla
es una patada a seguir para volver a
intentar en los próximos meses colocarla
como agencia o, en su defecto, su cierre
definitivo. Siguen cayendo las oficinas pero el número de directivos sigue intacto.
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