Solos



Comunicado 7 (15-19)



Tiempo atrás...


“Cerré la puerta de mi casa y eché a andar hacia la oficina. Tranquilo pero expectante ante una nueva jornada laboral. Divisé al fondo el cartel con el logo de la Entidad, mi Entidad, Mi Empresa.


En mi cabeza bullían las gestiones a realizar, las ya realizadas pendientes de cerrar, las ya cerradas y las nuevas a llevar a cabo. Abrí la puerta, quité la alarma y me senté en mi mesa.


Truncamiento, recibos, caja y cajero, postdatados, caut, renovaciones de depósito, operaciones en curso del gesope, vencimientos operativos, descubiertos y gesven, proyectado, transferencias periódicas...Una a una, fui repasando, como cada día, que todo estuviera controlado.


Una vez terminado, empecé a recibir clientes. Algunos nos piden, a otros les pedimos. Imprimo las odv´s, el sgoini y sgicini. Repaso con los compañeros que todo está controlado y gestionado. Reviso la agenda de mis próximas visitas.


Unos días, arriba, otros abajo. Sufro la presión. Pero éste, es mi día a día. Es el trabajo por el que me pagan. Es cierto, me exigen mucho, quizás no pagan lo necesario, pero creo que vale la pena porque la Caja es mi “casa”…. Y me respalda”.


La denuncia: me citan a juicio



“Un buen día, me llega un escrito a la oficina. Una denuncia de un cliente por una operación.






Lo pongo en conocimiento de la Caja. Y no recibo respuesta. Me pongo algo nervioso, pero bueno, seguro que la Caja tiene muchos casos de éstos, en un época tan dura, ya me llamarán.


Me pregunto si yo tengo la culpa. Repaso mentalmente la operación una y otra vez. Me levanto a coger el expediente. Efectivamente, lo recuerdo. Contaba con la autorización de la Entidad. Se hizo todo dentro de la normativa de la Caja. Estoy tranquilo. No es la primera vez que un cliente se queja o denuncia. Si, es la primera vez que me pasa a mí, pero cuento con el apoyo de la Caja…


Pregunto quién me asesorará y quien me defenderá. Obtengo la callada por respuesta. Insisto. Lo vuelvo a preguntar.


 Pasan las semanas y nadie me dice nadaNadie me llama, nadie me comenta.”


Pasa un mes...



“Ya sí, estoy algo más que nervioso. Tengo fecha para el juicio y siento que la Caja no me apoyaNo entiendo nada. Yo he hecho lo que siempre he venido haciendo. Lo que me mandan.


Empiezo a sentir ansiedad. Llamo y hablo con la CajaSilencio tras silencio. Ya no me hace tanta gracia.



Tras un mes y medio sin pegar ojo, con angustia, ansiedad y más de un pastillazo ante el ominoso e innoble silencio de la Caja





un viernes, a última hora, me llaman para decirme el nombre del abogado que me acompañará el martes siguiente.



¡¡¡Sin preparar nada!!! ¡¡¡sin preguntarme ni dejar dar mi opinión!!!

Solo, -me he encontrado solo-.


Pensé que la Caja era mi “casa”, que contaba con su apoyo, y, ante la primera adversidad con la que me encuentro, me han dejado totalmente solo. Y yo, sólo hice lo que me mandaban.


Mientras las cosas fueron bien, todo fueron parabienes. Cada tarde, cada noche que trabajé por los objetivos nunca fueron agradecidos. Pero pensaba que daba igual. La Caja estaba ahí para lo que me hiciera falta. Nada más cierto. Ante la denuncia de un cliente, la Caja me ha dejado de lado, solo, totalmente solo”.



Viviendo y aprendiendo. Ni una más.



Nunca quise atender a los mensajes del sindicato, y sus llamadas de atención, porque claro, creía que la Caja estaba ahí. Pero tras semanas y semanas de angustias, silencios, de acusaciones veladas, de ser ignorado, olvidado, ninguneado, cuestionado, lo tengo más que claro…si no me pagan por lo que trabajo, trabajaré por lo que me pagan.


Si la Entidad quiere que me comprometa algo más allá de lo que dice el Estatuto de los Trabajadores y el Manual Operativo, tendrá que ponérmelo por escrito. Una vez, pase, dos veces no consentiré pasar por este calvario en solitario.



Y al parecer no ha sido el primer caso. Ya son nueve en estos últimos tiempos. Lo he comentado con varios compañeros y conocían otros casos iguales de trabajadores a los que la Caja abandonó ante un juzgadodesentendiéndose de todo lo que no tuviera que ver con los intereses egoístas de la Entidad.



También de compañeros que sufrieron un atraco y tuvieron que ir en persona a presentar la denuncia y fueron solos (sin ningún tipo de asistencia letrada por parte de la Caja, hecho que extrañó al mismísimo abogado defensor del atracador de escopeta de cañones recortados puesta a medio metro de la cara de algún compañero de la oficina atracada) a la rueda de reconocimiento y posterior declaración en los Juzgados de Murcia. También de compañeros que les amenazaron en las oficinas y que la Caja miró a otro lado. Demasiados casos”.






Postdata



Este hecho lo hemos puesto en conocimiento de la Dirección Territorial. Según nos informan,   no solo tenían conocimiento sino que además, aunque no lo pareciera, también estaba instando a quien procediera en Almería para que les dieran asesoramiento y asistencia Jurídica en el acto de juicio.



Menos mal… si no qué hubiera ocurrido?



Al final, en el Juzgado, los únicos que estuvieron con los empleados citados en el juzgado, fueron los delegados sindicales de UGT.



El compromiso del D.T. de Murcia es que esto no vuelva a ocurrir.  Veremos…



Mientras tanto recuerda…




Si No te Pagan por lo que Trabajas,
Trabaja por lo que Te Pagan




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